viernes, 28 de agosto de 2009

El Degolladito

Don Rospicio Rodríguez, natural de Chala, provincia de Caravelí (Arequipa) ganó significativa suma de dinero en las salitreras de Tarapacá. Al decretar el gobierno chileno la salida de los peruanos que trabajaban en dichas minas, don Rospicio regresó al Perú estableciéndose en Mollendo.

La gente que lo conoció comentaba que don Rospicio era una persona amable y alegre, gustaba exhibir anillos y un hermosos reloj de pulsera con cadena de oro.

El 1ro de enero de 194, don Rospicio encontró horrible muerte; en tan significativa fecha universal de año nuevo, después de haber libado licor en una cantina ubicada en la calle Tambo, 5ta cuadra (hoy Dean Valdivia), con un amigo a quien conoció en Chile, siendo ya muy de noche, y frente a la puerta principal de nuestro cementerio, el desleal amigo lo asesinó, degollándolo con un corvo con la finalidad de robarle sus joyas y dinero que tenía en libras esterlinas.

Al día siguiente, la noticia causó gran revuelo en la población de Mollendo, autoridades y curiosos se hicieron presentes y vieron con estupor la cabeza del infortunado Rospicio cercenada del cuerpo. A los pocos días el asesino fue capturado en los baños "La Aguadita".

En el año de 1923, el Presbítero Juan "Tata" Arenas y el Capellán del Hospital "El Carmen", Rvdo, Padre Jesús M. Del Carpio, con asistencia de autoridades y devotos celebraron una misa en el mismo lugar de los hechos, con ocasión de la exhumación y traslado de los restos mortales de don Rospicio al interior del Cementerio.

El "Degolladito", como se le conoce desde entonces, es parte de la fé católica de Mollendo. Sus devotos visitan su tumba los días lunes y el 2 de noviembre de cada año es venerado masivamente, porque el alma del "Degolladito" para muchos de sus creyentes, es milagrosa.


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